Stephen William Hawking nacido en Oxford en el año 1942 fue uno de los físico teórico británico más resaltantes quien a pesar de sus discapacidades físicas y de las progresivas limitaciones impuestas por la enfermedad degenerativa que padecía, logró ser el más reconocido entre el público desde los tiempos de Einstein.
Luchador y triunfador, a lo largo de toda su vida logró sortear la inmensidad de impedimentos que le planteaba el mal de Lou Gehrig, una esclerosis lateral amiotrófica que le aquejó desde que tenía veinte años.
Sus estudios sobre los mini agujeros negros lo llevarían a combinar por primera vez la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica para resolver el problema de estudiar estas estructuras de dimensiones muy reducidas y de densidad extraordinariamente elevada, sobre las que no se creía que se pudiese obtener algún conocimiento.
Mientras cursaba su doctorado se casó con Jane Wayline (1965), con quien tendría tres hijos. Tras casi veinticinco años de relación, en 1990 la pareja se separó y el científico se fue a vivir con Elaine Mason, una de las enfermeras que lo cuidaba y con la que cinco años más tarde contraería matrimonio; esta segunda relación se prolongaría hasta 2007.
El 14 de marzo del 2018, con 76 gloriosos años de edad, falleció en su casa en Cambridge, Reino Unido, según un comunicado que fue divulgado por su familia, quienes no revelaron la causa de su fallecimiento, simplemente mencionaron que Stephen expirò en paz.
Hawking fue, sin duda alguna , un caso particular de vitalidad y resistencia frente al infortunio del destino, demostrandonos que no importa cuantas limitaciones nos presente la vida, sino como respondemos ante ellas.
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