Las sillas de ruedas están diseñadas para permitir el desplazamiento de aquellas personas con movilidad reducida debido a una lesión o enfermedad física. Son de gran utilidad y se consideran como uno de los mejores apoyos técnicos, nos da la facilidad de movilizarnos para realizar nuestras labores cotidianas e interactuar socialmente.
¿Sabías que una buena elección de silla puede mejorar nuestra vida diaria?
Al momento de escoger una silla hay que hacerlo de forma correcta, nuestro bienestar y salud depende de ello, por eso es importante tener un buen asesoramiento y encontrar una que se adapte a las necesidades de la persona que la va a utilizar.
¿Qué factores influyen en la elección correcta de una silla de ruedas?
Habitualmente existen varias tallas para los distintos modelos, algunas regulables en altura, anchura y profundidad, pero lo ideal es encontrar una que se adapte a las dimensiones, peso y tipo de discapacidad del usuario, tomemos en cuenta que si el uso de la silla es permanente conviene disponer de un cojín antiescaras.
Asimismo, otro punto a tomar en cuenta es el entorno en el que se va a utilizar, cuáles van a ser los lugares habituales de uso; la habitación, el baño, el coche, el barrio, etc. Hay sillas para exteriores, interiores o mixtas; para pasar por las puertas deben quedar 5 cm a cada lado de la silla. Por ejemplo, si ésta mide 70 cm de ancho, la puerta deberá medir por lo menos 80 cm.
La postura determina no solo la comodidad de la persona, sino que mejora su postura y seguridad limitando la aparición de otras afecciones como úlceras por presión o dificultades para respirar a causa de una mala postura. Por ello es conveniente adaptar la silla a las necesidades individuales de cada usuario y lograr mantener una buena alineación de pelvis y de columna.
Por último, la propulsión en una silla de ruedas debe ser eficaz, con un gasto mínimo de energía, aunque dependerá de la capacidad de movimiento de cada persona, la altura y posición de las ruedas. Será determinante para que el usuario pueda efectuar el mayor movimiento posible y mantenga un equilibrio seguro, de acuerdo con el respectivo nivel de destreza y capacidad.
Estas características no solo proporcionan mayor confort al usuario, si no también permite encontrar la mayor funcionalidad posible para mejorar nuestra calidad de vida.