Controlar nuestra vida y responsabilizarnos por nuestro destino nos convierte en alguien poderoso, sin importar la condición física, las personas con discapacidad deben buscar una independencia física y de pensamiento, para ser capaces de enfrentar las adversidades sin que estas afecten su esencia, al ser perseverantes y trabajando duro por construir la confianza en uno mismo sin perder de vista nuestras metas.
En el Perú hay un 10% de personas con algún tipo de discapacidad. Es un número que se dice fácilmente, pero en realidad es difícil de digerir y muchas veces carecemos de la empatía para entender las implicancias de la discapacidad en nuestro país. Para la persona con discapacidad existe limitado acceso al transporte público, bajas tasas de participación en la educación superior y todo esto se traduce en pocas oportunidades laborales que permitan un salario alto. Todos estos factores impiden la inclusión real de las personas con discapacidad, pero hay un factor invisible que causa nuestro estancamiento como sociedad: la mentalidad de dependencia en la que se encasilla a la persona con discapacidad.
Esta idea de una mentalidad de dependencia se entiende mejor con ejemplos. Muchas veces a la persona con discapacidad se le mantiene encerrada, no porque sea incapaz de moverse sino para no incomodar al resto. Pues se entiende que estas personas siempre deben estar acompañadas y apoyadas por alguien.
Si alguien no participa en la vida social, es mucho más difícil que se anime a participar en la economía, por lo que se vuelve innecesario acceder a una educación de calidad, que pueda garantizar un buen panorama económico en el futuro. Y si la persona no produce, generalmente todos sus gastos son absorbidos por un tercero, llámese la familia, la sociedad o el Estado. Las personas que logran insertarse en la economía, posiblemente tendrán ocupaciones de baja productividad o de duración estacional.
En un mundo donde existe una Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad ya no es tolerable que la sociedad ignore la situación de este grupo humano. Por el contrario, debemos buscar el empoderamiento de la persona con discapacidad, no perpetuar su dependencia. Y por ello es importante partir por una educación basada en la búsqueda de la independencia física y de pensamiento, que se busque formar personas capaces de enfrentar la adversidad sin que esta afecte su esencia, y que sean tan perseverantes que alcancen sus metas.
Una persona que toma control de su vida y se responsabiliza por su destino es alguien poderoso, sin importar su condición física. Rompe con la mentalidad de dependencia. Y por ejemplo, a través del deporte y las lecciones aprendidas en la cancha, se puede sentar las bases para que una persona con discapacidad desarrolle su máximo potencial.
Y es que al uno ir trabajando en una destreza, empieza a construir una sana confianza en sí mismo. Luego, el entrenamiento diario, tanto físico como mental, transforma las creencias erróneas, va forjando pensamientos, que se vuelven actos, que se transforman en hábitos y finalmente se consolidan en valores, que tienen un impacto real y duradero en una vida.
En la asociación bbnb promovemos estos valores: la resiliencia, la independencia y la perseverancia, en la vida de las personas con discapacidad en el Perú a través del poder transformador del deporte adaptado o paradeporte. Y todo esto porque soñamos en un mundo donde la persona con discapacidad pueda desarrollar su máximo potencial, y alcanzar las metas que se tracen. Esta es la razón de ser de este proyecto tan apasionante y que lucharemos por hacer sostenible en el tiempo.
Artículo redactado por: Jorge Beltrán, presidente bbnb.